Por Pablo Bianchi 03442/Ex soldados conscriptos de Concepción del Uruguay, recordaron un difícil momento en el cual les tocó vivir el estar a punto de entrar en guerra con Chile.
En ese momento tan complicado, los soldados de la clase 61, hace 40 años, juraban la Bandera Nacional, desconociendo que estaban al borde del conflicto bélico, pero sospechando que algo sucedía, dado que fueron llevados a San Joaquín para una instrucción estricta de combate que duró más de 4 meses.
Entre ellos estaban Horacio Landini, Claudio Camparo, Hugo Barreto (hoy locutor de Radio 9), Jorge Haberkon, Sergio “pato” Richard y Miguel Ramos, quienes juraron en el Batallón de Ingenieros 121 de La Histórica.
Este 20 de junio, cuatro décadas después y sabiendo que pudieron estar en guerra, recuerdan a sus compañeros y quisieron hacer llegar el emotivo saludo a la distancia.
Hoy, el enemigo es otro y no se lo puede enfrentar juntos, pero sí muy unidos, por eso este aniversario no es uno más y se carga de mucha emoción.
Recordando: Mediación papal en el conflicto del Beagle
Los gobiernos de Chile y la República Argentina acordaron en 1971 solicitar el arbitraje de la corona británica para dirimir el Conflicto del Beagle cuyo cumplimiento sería entregado al honor de las naciones signatarias.
La Argentina rechazó unilateralmente el Laudo Arbitral de 1977, colocando a ambos países al borde de la guerra. Tampoco las negociaciones directas lograron siquiera impedir el aumento de la tensión militar en la frontera.
Con ello se habían comprobado como inviables dos de los caminos para la resolución del conflicto, el de las negociaciones directas y el del arbitraje británico. Quedaba aún un camino por intentar antes de la guerra: la mediación.
Justo en el momento en que en la Argentina el Proceso de reorganización nacional se había decidido por la guerra, el papa Juan Pablo II comunicó a ambos gobiernos que ofrecía su mediación.
Además del peligro de guerra, el cardenal Antonio Samoré, enviado personal del papa, debió enfrentar los siguientes hechos consumados:
Chile consideraba el Laudo como vigente y lo había convertido en ley declarando el mar entre las islas como aguas interiores chilenas.
Argentina no reconocía el Laudo.
Argentina extendió el conflicto a todas las islas al sur del Canal Beagle y al este del meridiano del Cabo de Hornos y exigió también derechos sobre la regulación de la navegación en el Estrecho de Magallanes, es decir había ampliado el conflicto a una zona mucho mayor que la tratada inicialmente en la solicitud de Laudo Arbitral de 1971.
La Santa Sede tuvo durante la mediación dos roles que cumplir, primero el cardenal Samoré debió detener el comienzo de una guerra y comprometer a las dos partes a dejar de lado la amenaza y el uso de la fuerza. Luego debió encauzar las negociaciones que duraron 6 años adaptándose a todos los cambios que ocurrieron en ese lapso de tiempo.
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