La pandemia que obligó al aislamiento y este virus que encerró al mundo puso en pausa al deporte y candado a los clubes. Los entrenadores de los chicos debieron apelar a las ideas y el ingenio para mantener enganchados y conectados a miles de chicos y chicas de diversos rincones del planeta. Hacer la pausa para pensar siempre resulta una buena idea, pero en este sorpresivo y complicado presente era un camino obligatorio. Las ganas, la pasión por una pelota y un deporte y una plataforma virtual aportaron a la causa.
Así nacieron entrenamientos virtuales y se sumaron las charlas con importantes protagonistas. Y en estos días crece la reciente Home Basket League, una idea que nació entre varios entrenadores italianos como respuesta a la situación sanitaria mundial para activar el baloncesto desde el minibásquet hasta U13.
Con hospitales colapsados, con miles de muertos que se multiplicaban a diario y una de las realidades mundiales más tristes, Andrea Frison, Andrea Montagnoli, Davide Bardelli y Nino Febbraio se unieron al entrenador argentino Sebastián “Pata” Falcón y al chileno David Quezada, para conformar el staff internacional de la HBL.
«Nuestro objetivo principal es generar, ayudar y fomentar el vínculo de los jugadores con sus clubes, fortaleciendo lazos sociales entre todos los participantes, mediante la creación de espacios y actividades en épocas de aislamiento», rezan desde los sitios oficiales que crearon en todas las redes.
Un formulario obligatorio de inscripción por internet, un reglamento y pautas generales para los participantes y un fixture de encuentros para cada fin de semana. Así, equipos de Italia, Alemania, México, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia y Uruguay, entre otros, se encuentran cada sábado para jugar.
El último fin de semana los clubes inscriptos eran 37 de esas partes del mundo. Solamente en América Latina unos 350 niños y niñas jugaron en esos dos días. El 18 de mayo hubo 40 entrenadores de 8 países conversando por Zoom para esta realidad.
Al entrenador sureño, Bebo Vaiman, acompañado por Tito Ibáñez, se le ocurrió la idea de inscribir a Parque Sur en esta Liga Internacional de Minibásquet Virtual. Y el sábado último los gurises debutaron con CHELAC de Bolivia.
Hace instantes se confirmó que este sábado a las 17, Parque Sur (con Premini y Mini) jugará ante la Escuela Caballito Zeballos de Ecuador. Esta escuela de Guayaquil, que lleva el nombre de un conocido ex jugador de ese país y entrenador, ya disputó partidos ante equipos de Italia y Chile en esta Liga virtual.
Juego de habilidades, desafíos físicos, tiros al aro, bandejas, entretiempos con preguntas para conocer la realidad de sus pares son parte de estos tiempos. Así, como Parque Sur tuvo un intercambio y jugó con San Lorenzo, con 60 chicos en línea y un encuentro que duró casi dos horas hace un par de semanas, el sábado conoció la realidad del humilde CHELAC de Bolivia, un club de La Paz que se encuentra a 3600 metros de altura, que nació en 2007 y que desde 2012 se animó a incorporarse a la Asociación con el entrenador Edson Trujillo a cargo del minibásquetbol del club paceño.
Los aros colgados de la siesta de los patios uruguayenses se mezclaron con las Sierras de la capital boliviana, en un intercambio cultural interesante para los gurises y un ida y vuelta entre ellos digno de elogio. Así llegarán los próximos sábados, distintos al olor de cancha y sin abrazos, pero con una experiencia que abrieron las ideas en este presente de coronavirus.
El minibásquet sureño es el único club de Entre Ríos en esta Liga. Argentina tiene 9 equipos, tales como Sol de Mayo de Viedma, Ameghino de Villa María, Tristán Suárez, la Federación de Río Negro y otros del norte del país. Por América hay además 8 de Bolivia, 6 de Ecuador, 5 de México, 4 de Chile, 3 de Colombia, 2 de Uruguay.
El presente le quitó demasiado a los gurises. Pero también, por el laburo de los entrenadores, les está permitiendo encontrar espacios que no hubieran surgido sin esta realidad. Que un pibe de 10 años en el patio de su casa en Concepción del Uruguay pueda preguntarle a una chica boliviana de su misma edad, que es eso de vivir a 3600 metros sobre el nivel del mar y que intercambien recetas de platos típicos de cada localidad, entre otras cosas, luego de jugar un rato al básquet es más que interesante. Y así pasará con equipos de diversas realidades y costumbres de América Latina, Italia, Alemania y México.
Para los gurises de intermedias, que Manuel Buendía les cuente los secretos de cómo se convirtió en Ganador del Juego de Estrellas (en Triples) dos años seguidos; que Lucas Victoriano charle horas con ellos sobre aquella Generación Dorada que sus padres les contaron o que el extranjero Tyron O’Garro, ex Parque Sur, les comente sobre la realidad de este presente desde Estados Unidos, quedará en la enseñanza de tantos chicos para cuando los clubes se abran nuevamente y se pueda volver a jugar al básquet.
El conocimiento de esta realidad y la riqueza de estos intercambios serán un aporte más que importante para ser mejores. Parque Sur conoció el sábado que CHELAC es una sigla que fundó un club en la altura boliviana. Ella significa Construyendo Humanidad con Esperanza de Lograr Alcanzar Conciencia. Quizás este presente sirva para lo mismo. El deporte es capaz de eso y bastante más.
Marcelo Sgalia, encargado de prensa del club Parque Sur.